Todos vamos a morir

Sobre la vulnerabilidad y los vinculos

Lau Taguato

8/31/20253 min leer

El contexto

Este tema me obsesiona, por el circuito en el que se mueve la astrología, la piscología y las disciplinas llamadas espirituales en general.

Primero el asunto del auge de la espiritualidad como camino, está indefectiblemente ligado a la falta de sentido en lo social y económico. Recuerdo este mismo auge en los 90s cuando, con Pluton en Sagi, el neoliberalismo gozaba de excelente prensa y salud.

En estos días, nos toca ver la caída de los ideales, la reestructuración y las fallas de las democracias y la puesta a prueba de los lazos sociales y la organización del pueblo para construir un futuro, que a diferencia de épocas anteriores no aparece dado, ni predecible.

Mi punto

Como cada época produce sus respuestas al sufrimiento, en los últimos años vemos la abundancia de chupetes emocionales o barbitúricos psiquicos disfrazados de terapias. Porque la idea de que todo es posible y alcanzable con solo visualizarlo resulta, no solo, hiper atractiva sino que además conveniente. Todo el mundo en casa "manifestando" y sin manifestaciones en las calles. Por supuesto esto siempre falla! Y seguiremos necesitando las reales manifestaciones de toda la vida.

Una de las mil consecuencias de haber denostado el Psicoanálisis como herramienta, es la falta (nunca mejor dicho) de la falta. La dificultad de las personas de conectar con su propia falta (llamese errores, defectos, miedos, frustraciones, fracasos, etc ) genera una manía por la perfección incluso para si mismos que los debilita y desconecta de una fuente de poder incomparable. No querer reconocer un error, es el pero error. Es la imposibilidad absoluta de mejorar. Si todo lo que sucede al final no era un error, no me arrepiento, no modifico, no reconozco mi falla... estoy siempre en el mismo lugar.

Sin reconocimiento de la vulnerabilidad propia y de los demás no hay vinculo posible.

Esta es la razón por la que este tema me obsesiona. Si nos consideramos enteros cerrados sin fisura son agujeritos, no hay sitio por donde la otredad se pueda colar y por ende, por donde nosotras podamos entrar al resto. Creerse total y perfecto, esconder las fallas, es de un nivel de aislamiento que otra que el covid 19.

Es la vulnerabilidad la que nos hace charlar por horas con quien nos entendemos, es la vulnerabilidad que nos pide el abrazo y la mirada cómplice. Es la vulnerabilidad la que nos desvela y nos hace soñar.

Sin el regristro de la pérdida, del fracaso, del miedo no hay chance de crecer, de madurar, de construir algo fuerte y duradero. No seríamos capaces de cuidar nada.

Otra cara de este asunto, que también me impresiona especialmente, es la crueldad que puede traernos el aire. La excesiva intelectualización, desconecta el aparato también. Donde hay excesiva racionalidad la empatia no tiene lugar, la emocionalidad es considerada inferior e indomable, mas correctamente es temida, y el cognitivismo fomenta una racionalización "aséptica" como si eso fuera posible en el registro de lo humano.

La romantización de las herramientas sin contexto. La espiritualidad como placebo y no como camino de expresión y búsqueda. La falta de sentido colectivo, genera un sujeto centrado en sí mismo con sentimientos de soledad y aislamientos muy fuertes porque nada de lo que hace esta dentro de algo mayor. Todo sistema necesita del intercambio con otros para crecer.

Ya casi no hay persona con la que hables, que no diga que cualquiera de sus desgracias son para mejor. que no piense que el universo le envía cosas, o que visualizando no se que cosa va a sanar sus vinculos.

Amores, media pila!! Los vinculos se trabajan, llevan tiempo, dedicación. Somos tan potencialmente dañinos para otros como los otros para nosotros. Hay que empezar a tomar responsabilidad en las palabras y las emociones con las que construimos la realidad.

Los vínculos conllevan frustración y la frustración es el camino para la práctica de la aceptación, y una vez que aceptamos la situación tal cual se presenta es el momento de la construcción de nuevas realidades. El pensamiento mágico infantiliza.

Esto se ve mucho en las lecturas de cartas natales, no hay nadie que te pregunte que puede hacer para mejorar su energía, o para aprovechar mejor un tránstio. Todo el mundo quiere que le digas que le va pasar, renunciando absolutamente a su responsabilidad.

Yo se que es agotador, estar presentes y atentos pero sinceramente no veo que otra salida hay, mas que el trabajo personal y colectivo de construir desde el ladrillo mas pequeño que somos nosotras y nosotros, con nuestros vinculos y proyectos, una sociedad mas habitable para todas y todos. Donde tener en cuenta al otro no sea una excepción sino la norma.