Qué no puede faltar en un proceso terapéutico

Algunos apuntes sobre el espacio terapeutico

3/9/20253 min leer

  • Primero y fundamental hay que aceptar que se necesita ayuda.

    No se puede obligar a nadie a buscar ayuda, ni salvar a nadie qué no tenga una mínima intención de reflexionar sobre su padecimiento. Es un gran desafío para las eternas ayudaderas kironianas que quieran salvar a todo dios que se le cruza. Si una persona por muy mal que la veamos no acepta que está en problemas, seremos nosotras a quienes les toca lidiar con nuestra frustración y nuestra limitación.

  • Tiempo, compromiso y paciencia.

    No hay soluciones mágicas. Los tejidos de los que está hecho el psiquismo son muy delicados y la vez muy resistentes. Lleva mucha energía y dedicación, de hecho solamente con acumulación suficiente de energía psíquica podremos ver algo desde una nueva perspectiva. De lo contrario, si nos quedamos solo en la superficie, seguiremos repitiendo una y otra vez las mismas secuencias conocidas. Los beneficios del trabajo terapéutico se comienzan a ver con el tiempo y así y todo no es algo lineal, sino mas bien en espiral. Es decir que pasamos varias veces por los mismos lugares con diferentes perspectivas.

  • Estar dispuestas a observarnos sin caer en maniqueísmos paralizantes.

    Obviamente que nadie quiere ser el malo en su película. Pero el hecho de observar nuestra historia y nuestras narrativas desde las categorías bueno - malo* suele obstruir ser una de las barreras a superar. Ya que dependiendo de nuestra madures y nivel de conciencia del daño, si que hemos podido ser el malo en la película de alguien y eso muchas veces solo podemos aceptarlo, si ya no tenemos la posibilidad de subsanarlo.

  • Comprender que no somos infalibles.

    Esta comprensión de hecho es el principio del fin. Desde el momento que estamos preparadas para aceptar que no deberíamos poder con todo o que los demás no deben darnos todo. Que no somos ni seremos un supuesto ideal de perfección, ni nosotras ni nadie.... ahí recién ahí podemos comenzar a decir que empezó a jugarse el partido. Y esta es una característica muy tramposa, la mayoría de las personas creen que lo entienden. A cualquiera que le preguntemos dirá: - Claro que nadie es perfecto! Pero donde lo piensen dos segundos está la idealización acechando.

  • Por último solo el amor alcanza.

    Es muy importante que intentemos conectar con modelos de amor mas sanos, de amistad, de pareja, de todo. Y si estamos en un momento de transición entre ir saliendo de lugares muy nocivos y todavía no hemos alcanzado lugares nuevos y seguros, busquemos ficciones, libros/películas, canciones que nos inspiren y nos muestren nuevos modelos. Formas mas suaves, menos ásperas, menos violentas que de las que estamos tratando de salir. El Amor es una fuerza increíble, será por eso que la reducen a novelas de cuarta, o vínculos exclusivos llenos de demandas y decepciones? El amor romántico es una trampa mortal.

    El problema es que le llamamos amor a la pasión o a los vínculos familiares de compromiso. Por mis hijos doy no se qué, por mi familia me aguanto, no se cuanto. Es que lo amo tanto que vamos a volver a intentar. Claramente, no llamo Amor a eso. Me refiero mas una fuerza vital, que moviliza, que expande, que alivia.

    El amor en sí mismo es una fuerza brutal de energía de creación y transformación. Para el Amor todo intento es suficiente, todo esfuerzo es el mas grande.

El trabajo terapéutico es un trabajo movilizado por ese tipo de amor.

* Por supuesto que hay situaciones de vulneración de derechos, delitos violentos contra la integridad de las personas, etc donde si que podemos enmarcar en victima y victimario. Pero aun en estos casos, el proceso terapéutico necesita que podamos por un momento abstraernos de esas totalidades para poder trabajar. No significa abandonarlas o creer que no existen.