La astrología

Una oda a la subjetividad

Lau Taguató

6/15/20254 min leer

La función simbólica nos permite poner una cosa en lugar de la otra. Es el lenguaje por excelencia del arte. Es la base fundamental de la subjetividad y la que nos permite entender un chiste, una metáfora, que una canción o una película nos conmueva. Por supuesto es el idioma de la astrología .

Un símbolo también nos permite atacar la cosa real. Decimos que una quema de una bandera por ejemplo, es un repudio a determinado país. Vemos una balanza y pensamos en la justicia. Pero también una persona nos puede simbolizar nuestro mas profundo sentimiento de amor u odio a ciertas ideas.

El símbolo trae al presente lo que no está físicamente. Puede evocar una ausencia o una presencia de algo o alguien.

Alrededor de esta cualidad tan elusiva como humana se han escrito ríos de tinta. Desde los mas remotos tiempos pero en especial desde la modernidad con la creación de las disciplinas de Psicología, Sociología y mas recientemente markerting y sus ventas de felicidad, estilo, estatus a través de la compra de tal o cual objeto de consumo.

En la psicología tenemos a Jung , Piaget, Freud, Lacan y miles de otros.

Pero actualmente y muy poco a poco se han alzado las barreras que hoy encierran a lo simbólico y lo subjetivo bajo el mote de irracionalidades, ideologías y muchas otras palabras de menosprecio por la construcción subjetiva de criterios o categorías para comprender la realidad.

Debilitando así esta poderosa función y de la mano de la psiquiatría, el discurso nuerocientífico, las doctrinas cognitivistas o conductuales todas orientadas a reducir al mínimo la expresión de lo subjetivo o lo simbólico. Ya sea con la medicalización de las emociones, la clasificación en tablitas de excel de las reacciones positivas o negativas, el etiquetado frontal de cualquier síntoma de malestar como enfermedad y no como una posible forma de resistencia, por ejemplo.

Bajo la consigna de que lo objetivo no solo es posible, sino que además es mejor que lo subjetivo tenemos un constante bombardeo sobre la subjetividad y lo simbólico. Se vuelve así un perverso y paradójico discurso donde se impone una subjetividad sobre otra, pero esta primera es llamada REALIDAD OBJETIVA y todo lo demas es una deformación de esta.

Naturalizando así opresiones como la xenofobia, el machismo, la aporofobia, etc.

A la vez que vemos algoritmos idelogizados eliminando cualquier información que contradiga un relato oficial. La caída en desuso de la racionalidad, el pensamiento critico y la comparación de hechos. Las tech cada vez mas interesadas en desubjetivizarnos para homologarnos cada vez mas a las máquinas donde no hay conflictos emocionales, contradicciones éticas, miedos y consecuencias de los actos. Todo acto de contradicción y tristeza es patológico, el amor y la defensa de ideales es fanatismo.

Quiero decir en resumen, que han borrado una categoría para usarla a su favor. La hacen desaparecer para naturalizar su propia subjetividad.

Y esto no es un terraplanismo en contra del conocimiento científico que me parece delicioso, muy bonito, ilustrativo y necesario en el área de los avances técnicos, materiales y de la constitución misma de la tierra y el universo.

Pero, en lo relativo al delicado y tremendamente fuerte lazo que une los vinculos de las personas, o que une a las personas a un sentido de la vida, las matemáticas, las estadísticas, los cálculos y las tecnológicas deberían mantenerse al margen.

Los humanos tenemos psiquismo, el psiquismo es productor de subjetividad y símbolos, de hecho un psiquismo realmente fuerte es uno capaz de simbolizar

Las verdades son muy relativas y son construcciones de consenso social y epocal. Pero la fuerza que te mantiene unida a un maltratador, o la fuerza que te despierta por las noche a apuntar tus ideas, el esfuerzo por sostener aun en las diferencias amores, amistades y familia. La sutil inspiración que te llena el pecho de ganas de escribir esa canción. O el dolor infinito de una ruptura amorosa. Nada sabe ni sabrá de números. La alegría de cantar todos juntos con desconocidos, el hecho de que nos guste la misma banda ya sea un pasaporte de entrada a la vida de una persona, la admiración, la envida, las contradicciones de amar lo que no se debería, mil etc como estos nada tienen que ver con la objetividad.

La astrología nos cuenta desde su fuente misteriosa, que cada una de nosotras tiene una narrativa singular, una mirada que vino a aportar, que la carta se despliega a lo largo de la vida para mostrarnos los pros y los contras de nuestra propia subjetividad, dándonos tambien algunas claves para potenciar o suavizar cualidades en determinadas épocas de la vida.

Pero la astrología mucho, mas allá de esa fama de estereotipar, que en gran parte es culpa de los propios astrólogos que reproducimos esa idea, es mucho mas provocadora de singularidades que de estereotipos.

De hecho, muchísimas veces esa, sin irnos a los grandes traumas de la vida, es una de las conflictividades con las que mas se choca el ser humano. Lo que debería ser vs lo que desea ser. El deseo muy pocas veces está alineado peinadito y ordenado para la galería. Muchas mas veces, aun que todas somos un poco hijas de nuestro tiempo, el conflicto interior choca con una sociedad que te dice si puedes o no desarrollarte, reflejarte y refugiarte en ella. si hay un lugar para ti o solo una vancate para reproducir modelos.

La astrología nos da claves de construcción de subjetividad, nos ayuda a comprender nuestra complejidad, su trama interna de contradicciones y posibles salidas. Nos amiga con los tiempos, los procesos, los ciclos personales y colectivos. Nos enseña a entender las prioridades de un Capri y un Géminis son muy otras y que eso esta bien también. Nos reconcilia con nuestras perspectivas y nos enseña a aceptar las de las demás.

La protección, refinación y el reconocimiento de lo importante que es la función simbólica para la vida, nos ayudará a salir por arriba de muchos conflictos que nos empujan a simplificaciones vacías y que nos quitan poder personal.

Ser Sagitario no es un etiqueta fija, es una perspectiva. Es un punto de vista, una forma de sentir que aportarle a las demas, y a la que le falta aprender de la perspectiva de una Capricornio por dar un ejemplo.

Viva la singularidad! que viva la subjetividad y que viva el respeto por la diversidad de ideas!